miércoles, 6 de abril de 2011

Néstor Feria, el Gaucho Cantor. (Anotaciones sobre el libro de Héctor Ángel Benedetti)


"Nadie como vos, Negro, para estas cosas..."
-Carlos Gardel



A decir verdad, todo sucedió fugazmente. Primero, di con un disco de Rogelio Araya que algún colega subió a la red y que circuló bastante por los blogs amigos. Un disco, decía, en el que el cantor rinde homenaje a otro intérprete: Néstor Feria. Las canciones me resultaron hermosas, por lo que, en segundo lugar, me dispuse a averiguar un poco más sobre la vida de este cantor. Me enteré que era uruguayo y que actuó entre las décadas del '20 y el '40. Que no cantaba Tango particularmente, sino que su repertorio transitaba la indefinible senda de la canción folklórica rioplatense, donde se entreveran valses criollos con milongas, estilos y canciones. Por englobarlo en una etiqueta harto conocida y muy ilustrativa, podemos decir que Néstor Feria fue un cantor nacional, a la manera de Corsini, Alberto Gómez o el propio Gardel, de quien Feria era amigo.

Al día siguiente le comenté mis hallazgos a mi profesor de canto quien, de más estás decirlo, conocía al cantor. Él me proporcionó las 4 grabaciones que Néstor Feria dejara en su extensa carrera, las únicas del cantor como solista (hay otras 10 grabaciones formando dúo con Ítalo Goyeche, un dúo nacional a la manera de Gardel-Razzano o Magaldi-Noda). Habiendo escuchado, entonces, esos 4 registros, me interesé aún más por el intérprete, que además fue autor de varias composiciones, algunas de ellas muy conocidas.

Adquirí entonces el excelente (por lo erudito) libro de Héctor Ángel Benedetti: "El Gaucho Cantor. Remembranza de vida y obra de Néstor Feria", de la editorial Corregidor, sello que desde hace muchos años enfrenta la titánica tarea de editar material bibliográfico de un gran número de expresiones culturales argentinas (en su mayoría populares, vale la pena aclararlo). El libro recorre la vida de este intérprete y compositor, desde sus humildes comienzos artísticos en Montevideo, hasta su momento de mayor gloria a mediados del '30 en la ciudad vecina, la Reina del Plata; llegando, por último, al eclipse de su carrera en los '40 y su prematura muerte. Otra parte del trabajo se dedica a estudiar los pormenores de su obra como compositor y otra como autor; su trabajo en el cine, en la radio y en el teatro.

Se trata, en definitiva, de un excelente libro para conocer la vida de un artista de capital importancia para la expresión musical folklórica rioplatense. Algo que llama mucho la atención (y que es, en parte, la razón por la cual quise ahondar en Néstor Feria) es la poca cantidad de piezas que dejó grabadas. El libro arroja una explicación, tentativa, conjetural. En parte, para el momento de su mayor éxito, comenzaba a cambiar el gusto general del gran público, que se volcaba cada vez más hacia las orquestas de ritmo bailable. En efecto, el final de la década del '30 y sobre todo la década del '40 (conocida como la década de oro del Tango) fue la época de las grandes Orquestas, no de los solistas. Por otro lado, el autor explica que en la década del '40 su figura de gaucho cantor competía en el ambiente folklórico con artistas de mayor proyección como Antonio Tormo o Atahualpa Yupanqui. Se me ocurre también Ignacio Corsini, que si bien cantaba tangos, su voz tenía el temperamento de la canción de la inmensa y solitaria Pampa.

Recomiendo, en definitiva, la lectura de este libro. La historia de Néstor Feria, si bien particular, se sumerge en la generalidad de los cientos de intérpretes olvidados que pueblan las páginas de antologías o colecciones. Desde este humilde espacio, secundando la tarea de varios de los colegas que desinteresadamente comparten material, intentamos rescatar del olvido a todos esos artistas. El hondo murmullo de la historia popular.

1 comentario:

Cristian dijo...

Creo que la literatura es esencial para cualquier sociedad ya que le permite a la gente ampliar la calidad de los pensamientos y de esta manera poder conocer distintas cuestiones. Si bien es bueno poder utilizar la computadora es bueno hacerlo en la medida correcta, por eso no me llama la atención cuando se quieren hackear sitios como facebook.